Por fin que encuentro a mis sobrinos, ah perdón a los protagonistas ficticios de esta aventura.Yo sé donde se encuentran en esta escena, porque viajaba con ellos y nos detuvimos sobre el barrio de la medina de Tetuán. Elías iba a ratos sentado en un carro todo terreno que subía, bajaba cuestas y torcía esquinas de calles angostas donde los vecinos se saludan estrechando manos de ventana a ventana mientras tienden la ropa al sol.El lloriqueo de los protagonistas y su prima nos acompañaba de fondo. Es por eso que se sentaron en el mismísimo suelo cuando llegamos a aquel magestuoso patio de palacio restaurado. Bueno más que sentarse, se restregaron sobre el mármol, lo pulieron y abrillantaron aunque en esta escena la dibujante los haya colocado como buenos niñitos de cuento. Las babuchas (sin tacón) simbolizan a todo aquel visitante silencioso que deja sus huellas absorto en mirarlo todo,todo como la arquitectura decorada estática para que la podamos escudriñar,observarlo todo menos las travesuras infantiles de unos niños arremolinados entre colores y formas geométricas de azulejería. Qué buenos que están quietos en esta impresión pintada. Intentaré adentrarme de nuevo en la ilustración. Chelo.
Por fin que encuentro a mis sobrinos, ah perdón a los protagonistas ficticios de esta aventura.Yo sé donde se encuentran en esta escena, porque viajaba con ellos y nos detuvimos sobre el barrio de la medina de Tetuán. Elías iba a ratos sentado en un carro todo terreno que subía, bajaba cuestas y torcía esquinas de calles angostas donde los vecinos se saludan estrechando manos de ventana a ventana mientras tienden la ropa al sol.El lloriqueo de los protagonistas y su prima nos acompañaba de fondo. Es por eso que se sentaron en el mismísimo suelo cuando llegamos a aquel magestuoso patio de palacio restaurado. Bueno más que sentarse, se restregaron sobre el mármol, lo pulieron y abrillantaron aunque en esta escena la dibujante los haya colocado como buenos niñitos de cuento. Las babuchas (sin tacón) simbolizan a todo aquel visitante silencioso que deja sus huellas absorto en mirarlo todo,todo como la arquitectura decorada estática para que la podamos escudriñar,observarlo todo menos las travesuras infantiles de unos niños arremolinados entre colores y formas geométricas de azulejería. Qué buenos que están quietos en esta impresión pintada. Intentaré adentrarme de nuevo en la ilustración. Chelo.
ResponderEliminarNo era Tetuán era Tánger.
ResponderEliminarno era tetuán era tánger
ResponderEliminarla ilustración preciosa. los niños adorables. la representación de los azulejos del suelo INSUPERABLE. Enhorabuena. MjCorts
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